¡¡¡¡Sopa de choritos ahhhhh!!!!

Sólo puedo empezar con ese título con este plato.

Hecho como les contaré es una delicia además nada caro.

Como leí por ahí es muy poco aprovechado el chorito y 

puede convertirse en un sabor inolvidable.

Si quiere preparar con magnificencia compre choritos en el mercado central o mejor aún en alguna caleta si está cerca del mar.

Yo hice esta sopa con un humilde tarro de conservas, pero con el plus de que son, digamos, ahumados. 

Pique cebollín incluyendo la parte verde y tierna de sus hojas. Pique finamente un diente de ajo pequeño y sin el centro para que sea más suave. Pique cilantro, pimentón y pele dos tomates medianos muy maduros, cortando en cuartos.

Prepare una copita de vino blanco para ir cocinando con placer.

Aproveche el descorche ya que medio vasito de vino blanco también irá a la olla.

Saltee todas las hortalizas mencionadas que se doren suavemente mientras en su boca juega  el sabor fresco y frutal del vino blanco. Por mientras en una tetera de esas sin pito y con gorrito tejido a crochet hierva agua pura.

El tomate se deshará suavemente, tomará un color más hacia el naranjo, rojo dorado y se volverá cremoso.

Ahí debe lanzar con amor y agradecimiento los choritos y agregar con euforia el chorrito de vino del vaso, mientras hace un ¡salud! con la otra mano.

Esto debe estar al fuego unos minutos, en caso de las conservas casi nada en caso de el molusco fresco quizás unos 20 minutos.

Sirva en paila de greda que no hay como comer en ella sabiendo que viene de la tierra y el fuego.

Antes de servir espolvoree queso rallado y ¡simplemente vuelva a llenar su copa y a cortar limones para disfrutar de este placer epicúreo!