Fetuccini Salsa Corasound

  La Cocina Caos  Es cocinar, tomar un poco de vino,  salir a andar en bici y comer escribiendo esto.   La esencia de la Cocina Caos es el azar. Sabemos muy poco. Cocinamos en el medio de la nada. No somos nada.  Sólo dos o tres certezas.  Había champiñones, un tarro de alcauciles o alcachofas. Un nuevo jardín, recientemente plantado y regado. Se cocina sobre eso, y de pronto surge la idea de andar en bicicleta por dentro del jardín. De eso resulta:   Fetuccini con salsa corasound de champiñones y alcachofas   - Fetuccini fresco - Un tarro de corazones de alcachofa - Una bandeja de champiñones. - Cilantro. - Tomate maduro. - Pimiento. -  Ajo. - Cebollín. - Ajo. - Jengibre. - Queso rallado Saltear champiñones y corazones de alcachofa con tallos de cebollín y poco aceite. Una vez dorados se le tira un chorrito de vino blanco. Sal. Salsa Corasound. Tomate maduro, cilantro, pimentón, ajo, jenjibre, aceite  y cebollín rallarlos en el mini pi...

Jardín de Epicuro. ¡Vuelve!

Quiero hacer un comentario sobre un restaurante que ya no está entre nosotros. 
El mágico Jardín de Epicuro.

Yo creo que si damos un nombre a las cosas éstas quedan cargadas de su sentido más profundo. El Jardín de Epicuro fue una escuela filosófica, un huerto en las afueras de Atenas, donde eran aceptados todo tipo de personas. Epicuro el filósofo, maestro de esta escuela, asociado al Hedonismo, es fácilmente reducido a la consecución de placeres para alcanzar la felicidad. Detrás de esto hay mucho más, no deja de ser una filosofía, con sus estudios, su ética y pensamiento asociado a la razón y la prudencia. Lejos del desenfreno al que quedan asociados usualmente.
Más allá de todo esto el Jardín era un lugar de retiro, de vida oculta y de aceptación, lejos de las tendencias filosóficas de la época.
Nuestro Jardín era un restaurante con terraza, donde habían mesas y sillas altas, adentro un par de sillones para esperar o reunirse con amigos, una carta bien variada y ecléctica y ese no se qué me hizo soñar con él, con espacios que se habrían más allá, jardines, segundos pisos y pasillos secretos, como en todo buen sueño.
El barman era un señor de cabellos y barba bien abundante y rizada, curiosamente aspecto de Baco. La terraza era pequeña, encantadora con sus plantas alrededor, su pizarra, su toldo de bordes ondulados.

Lo que pude probar ahí fue unas Tapas de boquerones, Salmón con puré de habas trufado con espuma de Brie, un cóctel que no recuerdo y un Ruso Negro que pude tomar apenas, porque era muy fuerte para mí. 


Ahora no está, hay algo muy diferente, pero creo que aún queda el espíritu del Jardín.


El Jardín de Epicuro 
Orrego Luco 34, Providencia
Opciones vegetarianas: 😊






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