Tallos de Alcachofa Alcaucil

Definitivamente tengo una tendencia a la locura gastronómica.

Me gusta aplicar la fantasía al comer. Ya les conté que soñé una vez que comía unos tomates sumergidos en agua en una cajonera antigua. Ese sueño me marcó en muchos sentidos.

Entendí un nivel de comer casi como experiencia espiritual. Pueden reírse libremente. 

Hoy nuevamente el almuerzo fue así. Raro, apocalíptico, con toques de humor negro.

Recordé a Sir Charles Chaplin, cuando degustaba con fruición un zapato. No comí zapato, gracias por no tener que hacerlo. El asunto es que guardé tallos de alcachofa y los cocí. La idea de mi cocina es aprovechar al máximo los alimentos.

Los aliñé con mayonesa diluida, aceite y rabanitos encurtidos en vinagre.

Es un plato maravilla de color y sabor. Como pueden ver. 

Volví a amenizar mirando una película que no quiero mencionar, la misma francesa, me encanta verla, es mi vida actuada casi. No es la que creen, no lo adivinarás.

Mientras mi boca hacía jugos diluyendo la sutil belleza del tallo, las malas noticias salían de todos lados, realmente era como almorzar zapato, en medio de la tormenta de nieve. Como el perro entre las llamas, ese meme que es una obra de arte. Sólo superada por la llama entre perros.

Voilá, c'est toute.